Unificar las elecciones no es factible ni pertinente

El ponderado informe que la Junta Central Electoral (JCE) presentó y explicó, el pasado 12 de septiembre, a la Comisión Bicameral que estudia las propuestas con las que el presidente Abinader pretende modificar la Constitución, se demuestra, en forma fehaciente, que unificar las elecciones municipales con las elecciones nacionales (congresuales y presidenciales) no es factible ni pertinente.

También es antidemocrática, muy costosa y podría crear incertidumbre y situaciones políticas de imprevisibles y negativas consecuencias.

Coincidiendo que esa importante demostración de la JCE se encuentran varias explicaciones juiciosas y bien argumentadas mediante declaraciones y en artículos que, recientemente se publicaron en varios medios de comunicación, entre los que exhortamos a releer los siguientes:

Precisiones

1) El oportuno análisis del magistrado Milton Rey Guevara, ex-presidente del Tribunal Constitucional, 2) la declaración pública de un conjunto de profesionales y especialistas en la cuestión municipal que integran el Foro de Municipalistas, 3) ”Una reforma en busca de padrinos: la municipal” de Eduardo García Michel, 4) “La inútil separación de las elecciones” de Eddy Olivares Ortega, 5) “Reforma, poder municipal y Elecciones” de Eury Cabral, 6) “Ni unificación de elecciones ni reducción de diputados” de Tomás Aquino Méndez, y 6) nuestra reflexión “Fortalecer el poder municipal: ¡Elecciones separadas cada dos años!

En todas esas importantes publicaciones y otras más se defienden y se demuestran la pertinencia política, jurídica y social de realizar las elecciones municipales por separado, a medio término del cuatrienio presidencial, tal como aconteció con las elecciones presidenciales del 1996 y las municipales del 1998; las nacionales el 2000 y las municipales el 2002; las nacionales el 2004 y las municipales el 2006.

En la bien fundamentada exposición de la JCE se confirma la preocupación expuesta en nuestra reflexión, “Fortalecer el poder municipal: ¡Elecciones separadas cada dos años!, publicada el pasado 1ro. de septiembre, en estos dos párrafos de su contenido:

“1.- Es una verdad a media que la unificación de las elecciones reduce los costos y tiempos del montaje de los procesos y de las campañas electorales. Unidas o separadas, en nuestro país se realizan los diferentes niveles de campañas electorales, con inversiones económicas que juntas o separadas tendrían pocas diferencias en los gastos del Estado en las elecciones municipales para alcaldes y regidores, en distritos municipales para directores y vocales; congresual para diputados y senadores y presidenciales.

“2.- El escrutinio de las votaciones en elecciones unificadas sería un verdadero infierno en los cientos de colegios electorales. El cotejo y conteo de los votos, sus debidos registros y llenados de las actas así como la final transmisión de los resultados de los cientos de candidaturas municipales (alcaldes, regidores, directores y vocales) con los senadores, diputados y presidentes en una misma jornada serían interminable y muy complejos que afectarían sus necesarias transparencias.”

En esa misma dirección y propósitos, la JCE explica y vaticina que unificar las elecciones municipales con las nacionales conlleva lo siguiente:

1. – Fortalecer los recursos tecnológicos a utilizar en el proceso electoral y un aumento en el número de colegios electorales; por consiguiente, debe ser contemplada la adquisición de más equipos de escaneo e impresión para garantizar el éxito de la jornada.

2.- El elector dispondría de cinco boletas para siete niveles de elección y se calcula que necesitaría entre cuatro y siete minutos para votar, lo que ocasionará largas filas, agotamiento físico y la posibilidad de un aumento de conflictos contenciosos electorales.

3.- Para reducir, mitigar o eliminar las implicaciones logísticas y administrativas sería imprescindible incrementar el uso de nueva y más costosa tecnología, con otro software para implementar el escrutinio automatizado y/o el voto automatizado.

4.- También se requieren modificaciones al marco jurídico que rige el sistema electoral dominicano que incluye, además de la Constitución, la Ley 20-23 de Régimen Electoral y 33-18 de Partidos, Movimientos y Agrupaciones Políticas.

5.- Se requeriría reducir el número de electores por colegio de 600 a 300, la instalación de casi 30 mil centros de votación adicionales y aumentar en una hora la jornada, a partir de las 06:00 hasta las 17:00.

6.- El primer boletín de resultados sería mostrado a las 1:00 de la mañana, con solo 25% de los colegios, lo que aumentaría la incertidumbre en los votantes, rumores y desasosiego en la población. ¡Un peligroso retroceso político!

Es decir, la JCE, la institución que, constitucionalmente, tiene la responsabilidad de organizar, administrar y supervisar el montaje, escrutinio y garantizar que la operatividad del proceso electoral, con su oportuna exposición evidencie que unificar las elecciones afectaría la equidad y transparencia del proceso. La JCE habló ¡más claro que el agua!

La JCE demostró que unificar las elecciones no es factible ni pertinente. Y nosotros, para ser consecuente con el preclaro pensamiento duartiano y el fortalecimiento del poder municipal, reiteramos que resultará necesario y prudente que nuestros legisladores le hagan caso a la JCE para que, al modificar la Constitución se disponga que las elecciones municipales se realicen por separado de las elecciones nacionales, preferiblemente, a medio término del cuatrienio presidencial.

Con esa necesaria modificación se preservarán nuestras institucionalidad y gobernabilidad democráticas, estabilidad política, el sistema de partido y seguimos avanzando hacia el progreso y la paz social del pueblo dominicano.

By Bimary De jesus

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