SANTO DOMINGO. – Con la llegada del verano y las altas temperaturas, la exposición al sol se convierte en un problema.
Durante estos días de calor intenso, el protector solar se erige como un componente esencial en tu rutina de cuidado personal. Más que un simple cosmético, es una barrera protectora que no solo previene las molestas quemaduras solares, sino que también juega un papel crucial en la protección de la piel frente a los rayos ultravioleta (UV), conocidos por su capacidad de causar daño cutáneo a largo plazo.
De acuerdo con la dermatóloga Esmeralda Arredondo, los rayos UV son responsables de una serie de efectos negativos en la piel, que van desde el envejecimiento prematuro, con la aparición de arrugas y manchas, hasta problemas más serios como el cáncer de piel, incluyendo el melanoma, uno de los tipos más agresivos.