El ritmo de los cambios ahora incluye un segundo bloque de reformas orientadas a reestructurar y racionalizar la administración pública dominicana.
Según se ha dicho, cuatro propósitos orientan esas transformaciones: optimizar recursos, reducir la dispersión y mejorar el trabajo, eliminar las duplicidades, y reducir la burocracia para lograr una estructura más ágil y efectiva.
Como es entendible, una época de tan fuertes, abundantes y acelerados cambios implica la necesaria adaptación de todas las personas y entidades. En el caso de los Estados, la modernización ha de implicar adaptación de las instituciones gubernamentales a los cambios sociales, económicos y tecnológicos.