La elección de un nuevo Papa León XIV trasciende los muros del Vaticano y los confines de la fe católica. Es un acontecimiento que resuena a escala mundial, influenciando no solo la espiritualidad de más de mil millones de personas, sino también los equilibrios de poder político, social y moral en la escena global.
El cónclave, ese ritual milenario envuelto en solemnidad y misterio, no es solo una tradición eclesiástica: es un reflejo de las tensiones, aspiraciones y desafíos de la humanidad en su conjunto.
Ya tenemos un nuevo sucesor de Pedro y de Francisco, por lo cual la iglesia católica puede dormir tranquila por uno cuantos años. Encuentra una iglesia que ha avanzado en poco tiempo, que está de pie. Vamos a ver si la misión sigue en camino.
En su primer discurso en la plaza de San Pedro dio una pincelada de paz y amor; vamos a ver si no hay efecto secundario con relación a la imposición de la denominación de Trump, autoproclamado Papa estadounidense, que coincidencia.
