Colapso moral de la comunicación dominicana

Lo del Jet Set no fue solo una tragedia estructural. Fue la confirmación brutal de que algo mucho más grave se ha derrumbado en la República Dominicana: la dignidad del oficio, la ética comunicacional, la humanidad mínima.

El desplome del techo dejó muertos, heridos y familias rotas. Pero también dejó al descubierto el comportamiento nauseabundo de una gran parte de nuestros llamados influencers, Periodistas y comunicadores. Lo que vimos fue un festín de desinformación, morbo y desesperación por una primicia que ni sabían narrar los sopilones.

Gente con miles de seguidores publicando sin confirmar, sin fuente, sin respeto. Todo por un puñado de clics y la palmadita del patrón de turno, el mismo de la casa del demonio.

 

Peor aún: medios tradicionales que saben mejor —¡que deben saber mejor!—, se hicieron eco de rumores como si fueran verdades absolutas. ¿Dónde quedó el deber de contrastar fuentes? ¿El respeto a los muertos? ¿La responsabilidad con el país?

Lo que se mostró en esas horas de caos fue salvajismo puro. Una carrera por ver quién desinforma primero, quién mercantiliza mejor la tragedia, quién se pone primero en el ranking del ego.

No hay piedad ni profesionalismo. Solo un hambre desmedida por dinero, fama y relevancia momentánea.

By Bimary De jesus

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