Es común que los cargadores de nuestros dispositivos móviles se calienten durante su uso, un fenómeno que obedece a una serie de procesos físicos y de calidad del producto. Si bien es considerado normal en muchas circunstancias, existen situaciones en las que un calentamiento excesivo puede ser indicativo de problemas mayores.
A continuación, explicamos en profundidad las razones por las cuales ocurre este calentamiento, las posibles consecuencias y cómo podemos mitigar los riesgos de esta situación.
El calentamiento de un cargador durante su funcionamiento tiene fundamentos físicos claros. Cuando un cargador está conectado a una corriente, comienza a convertir la corriente alterna (CA) de la toma de corriente en corriente continua (CC), que es la que el dispositivo móvil utiliza.
Durante este proceso, parte de la energía se disipa en forma de calor, lo cual es una consecuencia inevitable de la operación del cargador.
Uno de los términos clave aquí es el efecto Joule, un fenómeno físico que describe cómo la resistencia eléctrica convierte parte de la energía en calor al fluir electricidad a través de los componentes del cargador. El transformador y los circuitos de regulación internos son los puntos donde este fenómeno es más evidente.
Además, el uso de cargadores de baja calidad o no originales representa un factor de riesgo significativo. Estos dispositivos a menudo no cumplen con los estándares adecuados para convertir eficientemente la energía, lo que puede aumentar la generación de calor.
La sobrecarga es otro motivo común; si el cargador se utiliza para dispositivos que demandan más energía de la que puede proporcionar, este estrés adicional lleva a un sobrecalentamiento.
